domingo, 23 de febrero de 2014

23/02/2014

Odio los domingos.
Es el peor día de la semana. Te entran bajones sólo los domingos.

No sé a quién acudir, no sé qué pensar, ni qué hacer. Tengo ganas de llorar, sin ninguna razón concreta.
Creo que lo de "Marcos" me afecta demasiado...
En el grupo de Whatsapp que tenemos todos los amigos, cada vez que comenta algo, se me encoje el corazón. Es una sensación muy extraña. Es como que me alegra que esté con su novia, pero a la vez quiero que corten. Y esque, aún estoy por él. No aguanto verle y que me diga que se va, que ha quedado con la novia, o que de repente le de por evitarme. Me da mucha rabia haberle contado tantas cosas sobre mi, diciendome que soy su mejor amiga y no sé qué, que soy la chica que más le atrae, ...  y que luego ya ni me hable. Que cuando estamos juntos casi no me hable, y si me habla me mete dos fichas y ya, o me intenta dejar mal. Lo odio.
Acaba de comentar algo en el grupo de  un apuesta con otro sobre "perder la virginidad". Ya sé que el no lo es, y demás, pero no es eso lo que me cabrea. Me cabrea pensar que le haya contado tanto sobre mis sentimientos, mi miedo a quedarme virgen de por vida, que ya soy demasiado mayor para seguir virgen, pero claro que tampoco lo quiero hacer con cualquiera,...
 Y pensar que ya casi ni me habla...
Ya le  dije yo cuando me dijo que estaba saliendo con la chica, que ya no me haría ni caso. Y es verdad. ¡Que me diga que no!
Lo peor de esto es que no puedo hablar de esto con mi mejor amigo. Siempre que hablo de él acabamos enfadados, y es porque me dijo desde un principio que no me acercara a él, que iba a ser sólo un problema. Yo ya lo sabía, pero es que no me podía controlar. Los sentimientos son incontrolables.
Asi que, aquí estoy, contando mis problemas a la nada. A internet. A nadie en concreto.
 Supongo que soy una solitaria.

Palace

miércoles, 8 de enero de 2014

Más sobre él.

Vale. No he escrito en muchísimo tiempo.

Iré al grano: Marcos me gusta. Lo adoro, me encanta. 
Pues en el momento en el que lo asumo, lo admito, y me siento libre, me jode. Me dice un día despues de aceptarlo, "estoy con alguien". 

Todo se derrumba. Quiero llorar. Quiero gritar. Quiero poder olvidar. Quiero poder entender. Quiero poder aceptar. Quiero poder dejar de quererlo. Quiero...
No puedo.

Así estoy desde entonces; rota. No puedo sentir. No consigo ser del todo feliz, tampoco del todo triste, no consigo llorar, ni reir. Atascada en la mitad, insensible a la realida. No puedo odiarlo, por que tal vez no se haya dado cuenta; tal vez debería odiarlo porque sabe que estoy colada por él y ha jugado conmigo. No lo sé. 

Ya no sé qué pensar del amor, de las relaciones. Es todo tan efímero... Ya me da igual perder mi virginidad con cualquiera, enrollarme con uno o con otro, no me importa si es éste o éste otro. Así que mis vacaciones de navidad han sido una montaña rusa. 
 La primera semana, tan complicada empcionalmente, era una tormenta comparada a la segunda. Tras el "estoy con alguien", me plantée si quería volver a verlo. La verdad es que no me apetecía nada. Para ello, era necesario dejar de quedar con mis amigos, y me lo plantee. Ya no encajo con ellos. Todos tienen dos años menos o así, y yo la abuela que está en la uni, o la canguro como se quiera ver. Realmente no estaba agusto con ellos,y eso que lo eran todo para mi. Todo por el hecho de no ver más a Marcos.
 No pude. Son mis hermanos y hermana. Mis amores. Simplemente, no pude. 
Pero verlo, me desgarraba el corazón. Era como meter el dedo en la llaga, cada vez más profunda, dejando entrar lo bueno y lo malo, dejando salir parte de mi alma, mi ser. Y así, la segunda semana fue más "light". Estaba en fase de aceptación: lo quiero pero lo odio (Sentimientos tan opuestos y siempre juntos).No le hablaba, aunque me muriese de ganas. Además, empezó a twittear sus estancias amorosas con su chica, y cada vez que hacía alguna de esas, enfermaba. O en noche vieja, estuve con su novia, y cuando me dijo "el mio" refiriendose a Marcos, tuve que salir pitando, para no vomitarle encima. Me subió un calor, una ansiedad, rabia, tristeza... sólo con "el mío". 
Pobre, es una buena chica. Pero yo también, y pienso que no me merezco esto. No merezco que se me use, se juegue conmigo, que se me destroce de esta manera,... No lo merezco.

Ahora intento llevar lo mejor posible. Ya veremos si mejora o empeora. Yo sólo quiero que esto acabe.
Palace

pd: Me siento identificada en Summer love- One direction ... sí, he estado escuchando 1D. Imaginaros que despojo estoy hecha.

martes, 10 de diciembre de 2013

"Me", "Me", "Me", "Me", "Me" otra vez

Escribiendo... escribiendo... 
Ahora, todo se divulga por mensajes, notas, posts, blogs, correo, chats... Pero, ¿qué hacer si lo que falla no es el medio, sino el mensaje, es decir el contenido? ¿Cómo expresar algo que se siente, si no se sabe explicar con palabras, señas, esquemas..?

Me gusta, lo odio, me mima, me ignora, me habla, me silencia, me abraza, me evita, me acaricia, me ... Siempre que lo veo todo se convierte tan extraño... No le hablo en un mes y medio, y pasa desapercibido, como si realmente no sintiera nada por él, como si lo hubiera superado. Como si hubiese superado lo que se supone que teniamos, que aún no sé qué es lo que somos, fuimos, o tenemos. Y es que, parece que todo vuelve  a la normalidad, que mi alma es libre, que no dependo de la mirada, de los labios, de la sonrisa, de las manos, del contacto de alguien. Me doy cuenta de que estoy sola, sí, pero puedo con ello, estoy bien.
Y todo esto se derrumba al volver a casa. No al verlo, sino al estar con él. Al ver que me sigue cuidando como antes, al ver que me mira, al sentir su mano, su piel.
Y claro, al ser estudiante de fisioterapia, me pide que le haga un masaje. Y ahí estoy, acariciando su espalda, suavemente, mientras el se estremece por el roce de las llemas de mis dedos, diciendome que le hago cosquillas. Al final, acabo tumbada sobre él, sintiendo su calor, aguantando las ganas de besarlo en el cuello, quieta. Sus manos, jugando con las mias, tan grandes, firmes y ásperas pero  tan agradables. Manos fuertes de deportista.
 Me susurra cosas, nuestros secretos, nuestros cuentos. Es como si todos los demás no estuvieran ahí, y sólo estuvieramos los dos. Me sonrie, bromea, cotillea. Me pregunta si no hay nadie en la universidad, si no me atrae nadie allí. ¿Estará tanteando la zona? Pero ya sabe la respuesta. No obstante siempre lo pregunta, por si acaso, pienso yo.
El tiempo se para. Los dos nos callamos.
Al final, él de alguna manera me tumba en el sofá, y acabo debajo de él. Él, me empieza a tocar la tripa, diciendo que sólo quiere ver mi ombligo. Me retuerzo para que no lo haga, pero acaba cogiendome con una sola mano mis dos manos. La otra levanta la camiseta. Le digo que no me gusta que me miren la tripa y baja la camiseta. Tras una sonrisa de las suyas, me dice que solo va a meter la mano por debajo de la camiseta, para sentir mi ombligo. Al principio me opongo, pero no me puedo resistir. Su cálida mano, rozando mi cinturón, rozando el trozo de piel que aparece entre los vaqueros y la camiseta. Sube, poco a poco, y pasa por debajo de la camiseta. Su mano ocupa toda mi tripa. Pero no se quita, no se mueve. Me mira y sonrie. Nada más. Yo siento su calor, su tacto, lo siento a él. Y nos quedamos así otro rato más.
Y todo desvanece de repente cuando dice que se tiene que ir.

Así vuelvo yo de casa. Con una sensación rara, que me recuerda que algo ha ocurrido aunque no lo quiera aceptar. Algo sí, pero ¿qué? No sé responder a esto. Tampoco sé qué es lo que siento por él. Amor no es, claro. Pero no sé qué sensación es esta, que parece que estoy enamorada cada vez que vuelvo de casa y se me pasa a la semana. 
Es como si de alguna manera me drogase.
Él es mi droga, mi opio. 

Palace

domingo, 20 de octubre de 2013

Parentesis

Se me ha ido la cabeza. Ya está claro. Seguramente soy bipolar.

Todo va bien en la uni. Se ha notado, supongo. Hace bastante que no escribo pero bueno, eso creo que es bueno. Sí, sigo echando de menos a mis amigos, pero digamos que estoy haciendo muy buenos amigos por aqui también. Somos seis euskaldun, y un par de zaragoza. Y se agradece un montón estar con ellos. Somos tres chicas, y entre ellas se llevan mejor que conmigo, pero lo entiendo, llevan más tiempo juntas (digamos que están juntas desde el principio). Pero hay un chico con el que me llevo cada vez mejor. Es un rubito, con el que tengo ya bastante confianza. Solemos hablar bastante, pero sobre todo por WA, ya que en clase no nos ponemos al lado. Pero me cae muy bien. Ha tenido bastantes problemas por lo que me ha contado, pero no me ha contado todo... que pena que las peores cosas ocurran a las mejores personas.
Esto último se lo ha planteado mucha gente estos dias. El otro día  murió una chica. Una buena chica, por lo que todos dicen. Una irunesa, que murió por culpa del maldito cáncer. Digamos que ése día se unió todo irún y hondarribi, por su causa. Gente de hasta lezo empezó a mandar ánimos a los más íntimos. En unos pocos minutos, toda la juventud de irún se tiñó de luto. Una pobre chica de 16 años, luchando desde hace tiempo, y ver cómo gente recorta en sanidad en vez de en otras tonterias me mata por dentro. Por eso, me vuelvo a preguntar, ¿por qué las cosas malas ocurren a las buenas personas?
Me afectó mucho mucho que se haya ido. Y NO, no la conocía, pero sé que tanta gente la conocía, la amaba y sufría por su ausencia.Y no se lo merecía.  Me revolcó todas las ideas, todos mis principios, me conmovió demasiado. Me alteró. Empecé a retorcerme de tristeza en mi interior.

Y toda esta tristeza se volcó en mi descontento con mi cuerpo.
Llevo tiempo haciendo la dieta esta ranciosa, que en mi opinión no funciona, haciendo ejercicio, y aquí sigo, con mis preciosos kilos, que no quieren desaparecer, que no se quieren ir. Me dicen que si he adelgazado un poco, pero yo no lo veo, y me entra cada vez más rabia. Hay momentos en los que pienso “a tomar por culo, estoy bien, me da igual no adelgazar”, pero al momento puedo estar  siendo horrorosa conmigo misma, odiándome porque no estoy adelgazando, por tener este cuerpo, por mí.  Así que, no comí mucho, solo un día más de mi dieta, pero me entraron ganas de vomitar. Empecé a plantearme si de verdad tenía que llegar a éste extremo. Juro, que decidí que sí. Es cuando se me fue la cabeza de verdad.
Pero no lo hice. No soy una bulímica. Pero estaba tan desesperada y cegada, que no sé cómo, pero me lo planteé. Fue totalmente momentáneo, no os preocupéis. 

Aún así pienso que se me ha ido la cabeza.
P.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Felicitá

Y así, de vez en cuando, ocurren cosas, que por muy insignificantes que sean, te hacen sonreir.

No sé, algo tendrá el gimnasio que me hace sonreir. No, no son los chicos sudorosos haciendo pesas como animales sin antes haber calentado o estirado o algo. Me siento mucho mejor cuando hago deporte. Sólo llevo dos dias, pero es como una liberación. Me encanta. Es duro, si, se suda, se sufre, pero se aguanta. Y en un rincón de la cabeza, que está llena de pensamientos de PARA YA, NO PUEDO MÁS, CANSANCIO, se encuentra un pensamiento pequeño pero lleno, asi como compacto: hacesbien-vasateneruncuerpodiez-superación-fuerza-confianza. Es simplemente perfecto. He estado corriendo 30min, he hecho bici, la maquina esa de subir escaleras, abdominales, flexiones... Sigo teniendo agujetas de ayer pero está muy bien.
Además, los estudios me siguen pareciendo de lo mejor que he podido elegir. El otro dia tuvimos la primera práctica de fundamentos de Fisioterapia y fue muy divertido. De verdad. Estabamos todos en bragas y calconcillos, palpando el nervio ciatico, nervios, arterias, saccro, fascia, humero, gluteo... Todo fue incomodo al principio, pero ya, como que no hay verguenza y esta realemente bien. Mañana tenemos otra hora de practica de Fundamentos y nos van a enseñar a hacer masajes! SIIIIII :D
Qué felicidad...
Peeeero, como siempre no puede ir todo perfecto. Mi madre se me ha enfadado. Dice que le hablo mal, y me suelo dar cuenta de cuando le hablo mal o no. Y ayer, cuando se me cabreó no le hable mal. Más bien, nuestra conversación era animada, divertida mientras yo les contaba anecdotas en general.
Pero bueno, no voy a dejar que me chafe mi Felicitá momentánea.
Además, acabo de hacer un test online y he sacado 9/10. Like a boss.

Os deseo muuucha felicidad, que os aseguro que es de lo más agradable.
Y no, Marcos no me ha hablado, pero da igual. :)

Palace

domingo, 29 de septiembre de 2013

Green time

¿Qué queréis que os diga?
Aún me pasa algo, y sigo sin saber qué es exactamente. Es como un vacío.

Así que he decidido hacer cosas para mejorar mi vida, cosas con objetivos, para dejar de pensar en estas cosas. Bueno, la verdad es que sólo tengo un objetivo.

Estoy a dieta. Soy una chica de 1,63m con un peso de 64kg. No es lo más ideal para mi... Si sólo  pierdo 4kg estaré más que contenta. Espero conseguirlo. Ayer fui a hacer la compra y me compré todo lo más sano posible. Porque digamos que no como mal, sólo que mucho. Y cuando me entran estos bajones como sin darme cuenta más chocolate y dulces en general. Así pues, he decidido que tengo que cuidarme, con un único objetivo: ADELGAZAR. Quiero tener unos muslos más delgados y una tripa plana. Además, cuando esté más delgada, me haré un tatuaje. Lo tengo más que asumido. Seguramente unas flores tipo mandalas en las costillas, o un simbolo de fuerza. Ya veremos. Primero tengo que hacer otras cosas.
Ah, y para poder perder peso correctamente y no obsesionarme con comida, me he apuntado a un gimnasio y a spinning(o ciclo-indoor, como queráis llamarlo).
Así que tengo previsto acabar el año, aprovando todo, con un cuerpo de infarto y un bonito tatuaje. De esta manera, conseguiré tener esa confianza que perdí en su tiempo.
Espero conseguir este objetivo. Lo quiero conseguir. Lo voy a conseguir.

Un beso, ya os iré contando mi experiencia
¡A comer más verde se ha dicho!
Palace

jueves, 26 de septiembre de 2013

Here we go again

No sé por qué empiezo a escribir. Sólo siento la necesidad de hacerlo, pero no consigo deszifrar la razón concreta. 

Estoy como perdida. No sé qué dirección estoy siguiendo. El futuro es tan borroso. La vida es como  un camino ¿no dicen eso? Bueno, pues yo estoy caminando a tientas, cayendome, levantandome, parandome, y el camino al que miro en frente, se hace cada vez más dificil de ver. Sigo caminando, y me acerco a un camino cortado o a un cruce con mil caminos. Un final inacabado. Estoy confusa. No sé qué esperar de mi. A corto plazo, sí. Aprobar la universidad. Bien. Pero no es suficiente. ¿Qué pasa con mis sueños, mi vida social, sentimental, mis alegrías, mis ganas, mi vida? La vida no solo se basa en los estudios o el trabajo.
Pero no encuentro los objetivos que quiero cumplir. Digamos que cuando me pongo a pensar en ponerme un objetivo, me pongo alguno, pero me digo "No, eso no puedo hacerlo. Es demasiado soñador". En este momento, me doy cuenta de lo que he cambiado. Yo antes no era así. Antes tenía esas ganas de vivir, esa alegría que irradiaba calor, y ahora, me siento vacía.
Tengo la sensación de que he vivido todo demasiado rápido, en un tiempo tan concetrado, que las heridas me han vaciado. Parece que por cada rasguño, me sale un poco de alegría, un poco de cariño, un poco de sueño. Y aquí estoy, pasando noches en vela, sin poder dormir como debo, sabiendo que algo me pasa pero no sé el qué. Y luego, sueño despierta, mezclando entonces realidad con sueño. Creo que mi cuerpo,mi ser, está pasando por un tipo de trauma. Quizás sea por el hecho del gran cambio que ha supuesto la Universidad. No lo sé.

Ya ni me reconozco. No sé.

Tengo la impresión de que cada dia desaparece un poco más esas ganas que tenía de vivir. No hay más que leer mi diario del año pasado. Por mucho que los estudios me agobiasen, tenía siempre un lado positivo de todo. Me costaba eh, pero conseguía. Lo solía conseguir gracias a él. En las noches de bajón, en las noches de querer dejar todo, en las noches de llorera, siempre estaba ahí. Y leía atentamente todo lo que le escribía yo. No le hacía falta pensar mucho. Sé que respondía a todo como mejor sabía: realidad. Me abría los ojos en los momentos en los que me cegaba, en los que la vida me tapaba los ojos. Y yo no podía hacer otra cosa que leer su realidad, la realidad de mi, la realidad que me negaba a ver. Sólo con hablar con él, sabía que no podía ir a peor. Él era mi salvación. 
Por desgracia, esto ya no será como antes. Sí ya, el WA no cambia, lo que ha cambiado es mi hubicación, nada más (direis). Pero no, todo ha cambiado mucho. Empecemos por el hecho de que no le veo. Antes, le veía todos los días. Y ahora, por mucho que nos empeñemos en decir que nada ha cambiado, todo ha cambiado. Casi no hablamos, nuestra conversación parece tan falsa... Me da la impresión de que al cambiar nuestra relación, se ha abierto una gran brecha en mi, que deja salir fugazmente gran parte de mi ser.

No sé qué pensar.
Creo que tengo miedo. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo de hacerme notar. Miedo de quedarme sola. Miedo a no ser capaz. Miedo a sobreestimarme. Miedo a que todo me quede demasiado grande. Miedo a suspender. Miedo a los demás. Miedo a ser juzgada. Miedo.
Sí, tengo miedo.

Y no tengo solución. Lo mejor sería irme a dormir, pero ya he dicho que no duermo muy bien. 

No sé si podré superar esto.

Palace


"Egunero bezela, gehiegi pintatzen da, aurpegiko sufrimenduak estali nahiean"