Todo va bien en la uni. Se ha notado, supongo. Hace bastante que no escribo pero bueno, eso creo que es bueno. Sí, sigo echando de menos a mis amigos, pero digamos que estoy haciendo muy buenos amigos por aqui también. Somos seis euskaldun, y un par de zaragoza. Y se agradece un montón estar con ellos. Somos tres chicas, y entre ellas se llevan mejor que conmigo, pero lo entiendo, llevan más tiempo juntas (digamos que están juntas desde el principio). Pero hay un chico con el que me llevo cada vez mejor. Es un rubito, con el que tengo ya bastante confianza. Solemos hablar bastante, pero sobre todo por WA, ya que en clase no nos ponemos al lado. Pero me cae muy bien. Ha tenido bastantes problemas por lo que me ha contado, pero no me ha contado todo... que pena que las peores cosas ocurran a las mejores personas.
Esto último se lo ha planteado mucha gente estos dias. El otro día murió una chica. Una buena chica, por lo que todos dicen. Una irunesa, que murió por culpa del maldito cáncer. Digamos que ése día se unió todo irún y hondarribi, por su causa. Gente de hasta lezo empezó a mandar ánimos a los más íntimos. En unos pocos minutos, toda la juventud de irún se tiñó de luto. Una pobre chica de 16 años, luchando desde hace tiempo, y ver cómo gente recorta en sanidad en vez de en otras tonterias me mata por dentro. Por eso, me vuelvo a preguntar, ¿por qué las cosas malas ocurren a las buenas personas?
Me afectó mucho mucho que se haya ido. Y NO, no la conocía, pero sé que tanta gente la conocía, la amaba y sufría por su ausencia.Y no se lo merecía. Me revolcó todas las ideas, todos mis
principios, me conmovió demasiado. Me alteró. Empecé a retorcerme de tristeza
en mi interior.
Y toda esta tristeza se volcó en mi descontento con mi
cuerpo.
Llevo tiempo haciendo la dieta esta ranciosa, que en mi
opinión no funciona, haciendo ejercicio, y aquí sigo, con mis preciosos kilos,
que no quieren desaparecer, que no se quieren ir. Me dicen que si he adelgazado
un poco, pero yo no lo veo, y me entra cada vez más rabia. Hay momentos en los
que pienso “a tomar por culo, estoy bien, me da igual no adelgazar”, pero al
momento puedo estar siendo horrorosa
conmigo misma, odiándome porque no estoy adelgazando, por tener este cuerpo,
por mí. Así que, no comí mucho, solo un
día más de mi dieta, pero me entraron ganas de vomitar. Empecé a plantearme si
de verdad tenía que llegar a éste extremo. Juro, que decidí que sí. Es cuando
se me fue la cabeza de verdad.
Pero no lo hice. No soy una bulímica. Pero estaba tan
desesperada y cegada, que no sé cómo, pero me lo planteé. Fue totalmente
momentáneo, no os preocupéis.
Aún así pienso que se me ha ido la cabeza.
P.